Quien quiera juzgar mi vida primero debe:
ponerse en mis zapatos,
recorrer el camino que recorrí,
viviendo mis penas,
mis dolores, mis fracasos,
mis errores y alegrías.
Tropieza donde yo lo hice
y levántate como yo lo pude hacer.
Luego de eso sácame cuenta,
y restame lo que entienda sea justo...